lunes, 16 de abril de 2012

Mi nombre es Alhina.

Todos creían que aquella tarde, Mijaíl Pavlov, no haría nada. Él siempre permanecía tranquilo, paciente, observando, analizando cada situación en silencio, desde la templanza de sus perfectos ojos azules.
No solemos hablarnos en público, sólo unas pocas frases de cortesía. Nadie aquella tarde, salvo nuestras amistades, sabía que le llamo Misha, que juego con su pelo mientras lee, que me acuna en la noche su respiración.

Nadie ajeno a nuestro mundo nos ha visto reír en público. Nadie.
...

Mijaíl se había levantado solo, con la luz ámbar del sol bañando toda la habitación. Estiró los brazos buscándola a Ella, pero no la encontró, su calor ya había abandonado aquellas sábanas de seda. Se incorporó y se dirigió a la puerta no sin antes sentir cómo se le clavaba algo en su pie derecho. Sin apenas sentir dolor, apartó el pie y miró al suelo para ver algo que no esperaba: allí estaba, caído en el suelo, un precioso colgante. El precioso colgante de zafiros y plata que él mismo había regalado. El precioso colgante que ya no pendía del cuello de su dueña.

Mijaíl sabía que este insignificante hecho era señal de que las cosas no iban bien. Haciendo caso omiso de sus ganas de salir corriendo inmediatamente para comprobar el estado de la joven que había perdido su joya, bajó las escaleras intentando tranquilizarse. No comió nada y olvidó coger sus llaves mas se percató del vaso roto y el agua derramada al pie de la escalera.


Apuró sus pasos mientras echaba un vistazo al reloj que llevaba en la mano izquierda. Deseaba poder echar el tiempo atrás y despertarse antes que yo. Algo malo iba a pasar y no se sentía capaz de evitarlo.


Desperté con el corazón acelerado y un sudor frío en la frente, otra noche más. Se trataba de la misma pesadilla de siempre. La sonrisa de Ezequiel en mi nuca y el horror cobrando vida en mis ojos. Soñaba lo mismo, noche tras noche, por ello comencé a dormir con Misha, para tener a alguien a mi lado cuando me despertase en mitad de la noche.

Mis ojos se adaptaron fácilmente a la oscuridad de la habitación, el amanecer se hacía de rogar. Suavemente me deslicé entre las sábanas intentando no despertar a Misha, de forma muy torpe intenté caminar, mi cuerpo no respondía. Era la influencia de Ezequiel. Había vuelto. Había vuelto por el trato que hace años pactamos, se llevaría mi alma a cambio de la vida de Misha. "El corazón del Mar", mi colgante, cayó al suelo sin yo darme cuenta. Misha dormía profundamente. Supe que nada podría despertarle hasta que yo saliera de esa casa, Ezequiel no se había dejado ningún cabo suelto.

Dando tumbos llegué a la puerta y me dispuse a bajar las escaleras. Resbalé. Conseguí ponerme en pie e ir a por un vaso de agua. Volví hacia la escalera para dirigirme a la puerta de la entrada cuando mis piernas volvieron a fallar. Cayó el vaso, se rompió, y el agua se esparció por el suelo, justo al pie de la escalera. Me levanté, atravesé la puerta y me alejé de mi casa.
....

Nadie ajeno a nuestro mundo nos había visto juntos mas todas esas personas ajenas estaban allí. En el gigantesco salón donde un gran evento tenía lugar aquella misma noche. Los observé tras el cristal unos segundos. Entré.

Mijaíl Pavlov poseía un gran salón el cual era perfecto para celebrar eventos, fiestas y cenas. Sin embargo nunca lo abría al público, a execpción de ese día. Llegó y me vio. Sentada, sin expresión en la cara, le miré y deseé haberle salvado...



Minutos más tarde me desmayé. Fue Mijaíl quién me salvó de las garras de Ezequiel y gracias a él ahora puedo respirar. No se trataba de salvarle a Él. Misha estaba aquí para salvarme a mí. Mi nombre es Alhina y he sido rescatada de las garras del diablo.



2 comentarios:

  1. Hola Clarisa. Me presento como un nuevo seguidor de tu blog. Me llamo Goyo y creo que tambien conoces algo de lo que hago. He estado curioseando por aquí y ya me he leido varias de tus entradas. Esta última se corresponde con otras que has escrito antes, creo. ¿Es un relato que te vas inventando poco a poco?. Ánimo y espero seguir viendo cosas nuevas.

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  2. Hola Goyo, disculpa la tardanza. Sí, es un relato que voy inventando poco a poco, pero he de decir, que es fantasía con pequeñas pinceladas de realidad, algunas de mis vivencias. Muchas gracias por los ánimos, siempre es agradable recibirlos. Saludos y suerte!

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